La crisis climática pone en peligro la paz: ¡el ejército alemán está firmemente en el punto de mira!

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La protección del clima es crucial: la acumulación militar aumenta las emisiones y los conflictos. Cómo la crisis climática pone en peligro la paz.

Klimaschutz ist entscheidend: Militärische Aufrüstung steigert Emissionen und Konflikte. Wie die Klimakrise Frieden gefährdet.
La protección del clima es crucial: la acumulación militar aumenta las emisiones y los conflictos. Cómo la crisis climática pone en peligro la paz.

La crisis climática pone en peligro la paz: ¡el ejército alemán está firmemente en el punto de mira!

La crisis climática ya no es un escenario de amenaza distante, sino que representa una realidad urgente que amenaza la seguridad en todo el mundo en un grado hasta ahora desconocido. Según Amigos de la Naturaleza, está claro que el creciente número de Estados débiles y frágiles no sólo conduce a divisiones sociales, sino también a amargas luchas distributivas y posibles conflictos. El fracaso de la protección del clima no deja nada que desear en términos de claridad: el peligro de que el mundo se vea sumergido en guerras climáticas en el futuro es demasiado real.

El gasto militar en Alemania alcanza actualmente el cinco por ciento del producto interior bruto, lo que corresponde a 220 mil millones de euros. Las previsiones apuntan a que este gasto podría aumentar hasta unos 250.000 millones de euros en unos pocos años. Irónicamente, estos fondos se están movilizando en un momento en que la geopolítica está cada vez más condicionada por amenazas relacionadas con el clima. A medida que el permafrost se derrite o aumentan los desastres naturales, las consecuencias de la crisis climática se distribuyen geográficamente de manera injusta, lo que aumenta la probabilidad de conflictos violentos entre las regiones ricas y las más afectadas.

El cambio climático como dilema militar

Otro punto alarmante es que el propio sector militar es uno de los que más contribuye a las emisiones de CO₂. Según las estimaciones, el ejército emite alrededor del 5,5 por ciento de todas las emisiones globales de CO₂. El investigador sobre clima y seguridad Hans Holzinger destaca que los informes militares sobre las emisiones de gases de efecto invernadero adolecen en gran medida de secretismo. La OTAN, por ejemplo, emitió casi 200 millones de toneladas de CO₂ en 2021, y esa cifra podría aumentar a casi 300 millones de toneladas anuales para finales de la década.

A medida que los proyectos armamentísticos y los acuerdos de cooperación militar sigan ganando importancia, esto a menudo se producirá a expensas del medio ambiente. Los planes de soberanía de defensa de la UE, con un presupuesto de 800 mil millones de euros, podrían generar solo alrededor de 150 millones de toneladas de CO₂e. Esto corresponde a las emisiones anuales de los Países Bajos o las emisiones combinadas de Austria, Irlanda y Finlandia.

Distribución de recursos y conflictos futuros

La distribución desigual de los impactos del cambio climático contribuye a un riesgo no despreciable de aumento de los conflictos internos. Las regiones menos resilientes, particularmente en África, están particularmente en riesgo. El cambio climático amenaza los medios de vida de 1.600 millones de personas en África, un grupo que representa sólo el cuatro por ciento de las emisiones globales de CO₂. Sin embargo, estos cambios dinámicos crean tensiones y movimientos de refugiados que afectan la seguridad no sólo en los países afectados, sino también en las principales naciones económicas como Alemania.

La Conferencia de Seguridad de Munich lleva varios años teniendo la cuestión del cambio climático en su agenda y muestra así la creciente relevancia geopolítica de los acontecimientos climáticos. Con el 80 por ciento del personal de mantenimiento de la paz de la ONU desplegado en países gravemente afectados por el cambio climático, la estrecha conexión entre la acción climática y la seguridad global es cada vez más clara. La necesidad de encontrar medidas integradas para abordar estos desafíos es esencial para implementar con éxito programas tanto humanitarios como de seguridad.

En un mundo caracterizado por crisis constantes, una cosa queda clara: la fuerte interacción entre el clima y los conflictos tiene una influencia decisiva en la política internacional. Es esencial repensar la política climática y de seguridad para armonizar la paz y la sostenibilidad, como describe acertadamente la historiadora medioambiental Verena Winiwarter: "No hay paz sin sostenibilidad. No hay sostenibilidad sin paz". Pero el camino hasta allí está lleno de obstáculos y requiere esfuerzos globales y una mejor gestión de los recursos.